Los pacientes afectados por esta malformación deberían pedir cita para una evaluación clínica. Las pruebas diagnósticas del Pectus Excavatum suelen incluir una tomografía computarizada (TC), pruebas de función pulmonar (espirometría), y cardíacas (electrocardiograma y ecocardiograma).
A través de la TC se mide el índice de Haller, es decir, la relación entre el diámetro transversal (la distancia horizontal del interior de la caja torácica) y el diámetro anteroposterior (la distancia más corta entre las vértebras y el esternón) en el corte de máximo hundimiento del tórax. Un índice de Haller igual o superior a 3,25 se define como severo y puede ser indicación para el tratamiento quirúrgico del Pectus Excavatum.