Los síntomas de Pectus Excavatum pueden trasladarse a problemas pulmonares, dificultando la respiración y otros síntomas respiratorios. También pueden aparecer en problemas cardíacos que conducen a una falta de adaptación a la actividad física. Otra afectación frecuente es una mala posición de la columna vertebral que, en algunos casos, se presenta como una verdadera desviación o escoliosis.
Además, el paciente con Pectus Excavatum puede padecer afectaciones psicológicas que le pueden comportar una tendencia al aislamiento y a la soledad, lo cual puede llegar a ser muy relevante.
La regresión espontánea o cualquier mejoría parcial de los síntomas del Pectus Excavatum son infrecuentes.
Una mala postura, no realizar ejercicio físico y no disponer de una musculatura fuerte (sobre todo de la espalda) contribuyen a que empeore la deformidad.